viernes, 20 de mayo de 2011

epoca prehispanica


Desde luego, la historia de nuestra música debe comenzar con el arte sonoro prehispánico que, aunque desaparecido en su forma y apariencia inicial, ha influido en mil sutiles formas sobre la posterior evolución de la música en México. Sin embargo, poco es lo que se puede decir respecto del substrato indígena de nuestro arte sonoro. Si bien el testimonio arqueológico, así como el de los cronistas de la Conquista, indican que la música tenía gran relevancia en el mundo indígena, la música prehispánica como tal sigue siendo para nosotros una "terra incognita", y probablemente conserve dicho carácter para siempre, pues que sepamos no fue anotada, el mundo del que formaba parte fue violentamente destruido, y ya hace siglos que fue borrada por el viento.
Los hallazgos arqueológicos de instrumentos musicales indígenas nos hablan de su naturaleza acústica, de su gran variedad y difusión, así como de las diferencias que había entre el instrumental empleado por las diversas culturas mesoamericanas, pero son incapaces de decirnos cuáles eran los principios formales, los procedimientos de composición a que se recurría para hacer música con tales medios. Además, no en vano ha insistido el musicólogo Curt Sachs en prevenirnos contra el error -en que incurren incluso investigadores como Samuel Martí o Robert Stevenson- de confundir la potencialidad de un instrumento con la música que efectivamente se ha realizado en él. Es decir, como la serie de sonidos obtenidos en un instrumento no necesariamente indica la selección de sonidos, o si se prefiere, el tipo de escala básico que elegirá una comunidad cultural dada para hacer música, la existencia de un instrumental autóctono, por muy sugestivas que sean sus características, no permite conclusiones certeras acerca de la música tocada en él en determinada época. (Un ejemplo característico de ellas: "Galaxias", una obra de Héctor Quintanar, requiere una dotación instrumental que no difiere grandemente de la normal, pero exige de los músicos formas de ejecución ortodoxas y poco habituales, cuando no enteramente nuevas, que nada tienen que ver con la manera de tocar los instrumentos tradicionalmente establecida).
Por otra parte, en el caso de la música prehispánica, el abundante testimonio de los cronistas españoles -exclusivamente verbal y con frecuencia cargado de prejuicios etnocéntricos y actitudes emotivas- se refiere básicamente a la música azteca, y secundariamente a la maya, sin proporcionar suficientes elementos de juicio acerca del arte sonoro de otras culturas que florecieron en lo que es hoy el territorio mexicano.
Igualmente, el intento de reconstruir ese mundo sonoro a partir de la música de los grupos indígenas actuales tiene que ser seriamente cuestionado ya que, por un lado, la música de todos ellos, incluso los más primitivos y apartados, muestra profundas huellas del impacto europeo y, por el otro, los grupos que mantienen con mayor pureza su carácter y hábitos tradicionales y que, por lo mismo, tienen más títulos para ser considerados como representativos del mundo indígena, se localizan en sitios que por lo general no corresponden a lo que puede considerarse propiamente como territorio mesoamericano, o bien apenas hallan en la áreas marginales del mismo y, además, jamas alcanzaron el elevado nivel cultural que tuvieron los pueblos de Mesoamérica o, si llegaron a tener un alto grado de desarrollo, han involucionado, degradando su herencia.
Sin embargo, el talento y la capacidad musicales del indígena están más allá de cualquier duda. La sorprendente velocidad con que la música europea fue asimilada y dominada por los indígenas inmediatamente después de la llegada de los conquistadores constituye una prueba fehaciente de la existencia de las cualidades indicadas. Los indios dificilmente hubieran dominado tan pronto el canto gregoriano o se habrían dedicado con tal entusiasmo al canto polifónico si hubiesen carecido de una fuerte tradición musical.(Algunos de los acompañantes de Cortés eran cantores e instrumentistas competentes, y las crónicas nos cuentan de qué manera los nativos quedaron fascinados por el arte de esos músicos y cómo los imitaron a la brevedad posible. Incluso, los cronistas de la época narran algunas divertidas anécdotas que hablan de la astucia, la facilidad y la rapidez con que los indígenas supieron despojar de sus mejores secretos profesionales a sus maestros europeos).
Por ello es indudable que si bien la música indígena pudo no influir en forma directa sobre la de los conquistadores -lo que es difícil de probar o de rebatir en vista de las dificultades ya indicadas que hay para la determinación de lo que verdaderamente es o haya sido el arte sonoro autóctono- la sensibilidad indígena matizó y tiñó el aporte europeo, transformando con ello su carácter inicial. De esta manera, el elemento indígena contribuyó a modelar un folclor que, aunque pueda ser rastreado hasta sus orígenes hispánicos e incluso más allá, remontando sus fuentes africanas o levantinas, es distintiva y específicamente nuestro.

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PODEMOS RASTREAR LA EVOLUCIÓN DE NUESTRA CULTURA desde los remotos orígenes de cazadores recolectores, su paso hacia la agricultura, hasta la formación social y política caracterizada por gobiernos teocráticos y militares. Nuestro territorio es afortunado, pues el Estado de México guarda testimonios prehistóricos y arqueológicos de las más altas culturas generadas en Mesoamérica. Por medio de los estratos podemos seguir la evolución de asentamientos humanos desde miles de años antes de la era cristiana. Por ejemplo en la región chalca, concretamente el sitio arqueológico de Xico, es depositario de uno de los asentamientos humanos más antiguos (posiblemente 22 000 o 21 000 años a.C.). Hacia el norte, en la zona texcocana, Tepexpan y Santa Isabel Ixtapan, se han encontrado restos de animales del pleistoceno asociados a restos humanos y artefactos.
Si iniciamos el recorrido desde el periodo preclásico admiraremos las figurillas de barro encontradas en Tlatilco, lugar cercano a Naucalpan. Estas pequeñas estatuas son famosas por los atavios de los personajes, especialmente femeninos, que indican una variedad de adornos y modelos de indumentaria, ya que no podríamos llamarlos vestidos, pues muchas veces son únicamente faldillas, peinados de diferentes estilos, etc. Entre los varones se diferencian sus ocupaciones o entretenimientos: guerreros, chamanes (sacerdotes o brujos), acróbatas y cazadores. Las vasijas muestran los gustos por determinados alimentos, como peces, patos o animales acuáticos.
Si avanzamos en el tiempo llegamos al periodo clásico, identificado principalmente con Teotihuacan y poblados concomitantes a esa metrópoli, aunque estuviesen un tanto alejados de ella. El ocaso de las ciudades de este periodo nos lleva a la siguiente época, identificada con Tula-Xicocotitlan. La influencia cultural de esta ciudad se percibe en la cerámica y en los detalles de arquitectura; por ejemplo, en CalIxtlahuaca o en Teotenango. Las referencias históricas provienen de Fernando de Alva Ixtlixóchilt, cronista texcocano que manifiesta tener conocimientos del parentesco entre la familia real tolteca y gente del valle de Toluca, porque aquí se refugiaron algunos nobles toltecas a la caída de su metrópoli. Años después, una princesa tolteca se casaría con Nopaltzin, un hijo de Xólotl, el gran Chichimecatecuhtli, principal protagonista de la época siguiente a la tolteca, conocida como chichimeca.
De los tiempos de la irrupción chichimeca nos quedan como testimonio arqueológico dos pequeños centros político-religiosos: Tenayuca y Santa Cecilia, inmersos hoy en la mancha urbana de la ciudad de México. Los límites entre el Distrito Federal y el Estado de México se sitúan casi en esos puntos de referencia. Tenayuca no tiene la monumentalidad de Teotihuacan, pero de aquélla tenemos más información histórica gracias a las pinturas o códices en los que se guardó la memoria de los chichimecas, fundadores de señoríos que destacaron políticamente.
Los señoríos que se formaron en el área geográfica que hoy conocemos como Estado de México no alcanzaron a integrar una entidad política homogénea. Cada población de cierta importancia tuvo territorio y gobierno propios —así todos conservan sus nombres originales— y algunos destacaron más que otros. Únicamente podríamos considerar como cabeceras políticas de importancia a Chalco y Texcoco. Los demás eran pequeños gobiernos, propios de sus respectivas etnias; por esta razón se presentan aquí como entidades autónomas

ubicacion geografica de mesoamerica


. la región centro-sureste de México y la zona norte de Centroamérica, donde florecieron las más importantes civilizaciones prehispánicas.

Como sabes, la región que llamamos Mesoamérica tiene diversos paisajes, desde las cumbres nevadas hasta las costas tropicales. En general, el clima y las condiciones naturales de la región son favorables para la vida humana. Cuando comenzó a poblarse, era más húmeda que ahora.
En muchos lugares que hoy son bastante secos, como el Valle de México, había bosques, lagos y pantanos. Abundaban los animales para la cacería y la pesca y muchas plantas que podían recolectarse.
La disponibilidad de agua, la fertilidad de la tierra y la variedad de plantas, ayudaron a que surgiera una agricultura muy productiva, de la que vivía una población más numerosa y densa que la de otros lugares de América.
La diversidad de los climas y de los productos naturales de Mesoamérica propició desde épocas muy antiguas el intercambio comercial y cultural entre zonas apartadas. Aunque cada civilización mesoamericana tuvo rasgos propios, el comercio, las migraciones y las expediciones militares difundieron la influencia de los pueblos más avanzados. Por eso hay costumbres, creencias y formas de trabajo que son comunes a todos los pueblos de Mesoamérica.
La evolución de las civilizaciones mesoamericanas es larga y complicada. Para entender mejor esa historia, los especialistas la han dividido en tres periodos, tres épocas en que los pobladores de la región comparten más o menos el mismo nivel de desarrollo cultural. Estos periodos son:

* El Formativo o Preclásico abarca desde 1800 a.C., cuando se extienden las aldeas agrícolas permanentes, hasta 200 d.C.
* El Clásico abarca del año 200 al 800. Es el tiempo de esplendor de numerosas ciudades independientes, en las que se construyeron grandes centros ceremoniales.
* El Postclásico comprende desde el año 800 hasta la llegada de los españoles. Al principio de este periodo, las ciudades más importantes de Mesoamérica fueron abandonadas o destruidas.
Después se fundaron otras y finalmente surgió el gran señorío mexica, que dominaba gran parte de Mesoamérica a principios del siglo XVI, cuando Europa y América entraron en contacto.



Fuente: SEP, Historia Quinto grado, México, 2009, págs. 88 - 91.

El Preclásico: las primeras civilizaciones

Cabeza de niño modelada en barro. Periodo Preclásico.Periodo Preclásico. En las primeras décadas del siglo XX, los antropólogos mexicanos encontraron que abajo de los grandes centros ceremoniales llamados clásicos, como Teotihuacan y los de la zona maya, había restos más primitivos. Por eso, se denominó Preclásico al periodo cultural de mayor antigüedad.
Hoy sabemos que en ese periodo formativo, que dura por lo menos 20 siglos, hubo una lenta evolución desde las aldeas agrícolas hasta la primera gran civilización de Mesoamérica: la Olmeca.

Durante el Preclásico creció aceleradamente la población de Mesoamérica, tanto así que algunos historiadores hablan de una explosión demográfica. No se sabe con precisión a qué se debió este fenómeno, pero seguramente está relacionado con el aumento de las superficies cultivadas, el invento de nuevas técnicas agrícolas y el desarrollo de variedades de maíz que producían mazorcas más grandes. Muchos sitios de México estuvieron habitados desde principios del Preclásico.


Los vestigios de edificaciones no son muy abundantes, pues en esa época se construía generalmente con madera, hojas de palma y otros materiales que no resistieron el paso del tiempo. Los antiguos mesoamericanos creían en la existencia de un más allá donde moraban los espíritus de los muertos. Lo sabemos porque en las tumbas que han sido descubiertas enterraban a los muertos con objetos que, según ellos, podían necesitar en otra vida. Estos objetos eran: joyas, vasijas, juguetes y figurillas de barro.


Había también una religión primitiva, en la que se veneraba a fenómenos de la naturaleza como el Sol, la lluvia y la fertilidad de la tierra. En las sociedades estaban divididos en varios grupos: gobernantes, que a la vez eran sacerdotes y jefes guerreros; artesanos y campesinos, que eran la mayoría.

Estos últimos trabajaban la tierra, construían las obras públicas y en las guerras peleaban como soldados. Los trabajos agrícolas se hacían en grupo y las familias se repartían los productos del campo. Las técnicas progresaron con gran rapidez. Se tejían, entre otras cosas, telas, cuerdas, redes y cestas. Los trabajos que se hacían en piedra y en barro alcanzaron una gran perfección. Además de la civilización Olmeca, en el Preclásico se desarrollaron las primeras etapas de las grandes culturas de Mesoamérica. Esto sucedió en varias regiones: en la zona maya, en la zapoteca, en el Occidente y en el Altiplano.



Fuente: SEP, Historia Quinto grado, México, 2009, págs. 90-91.

El periodo Clásico


Marcador del juego de pelota. Uno de los edificios que se encuentran en todas las ciudades del Clásico es el juego de pelota. Hacia el año 200 a.C. en varias regiones de Mesoamérica, se inicia el desarrollo de grandes civilizaciones urbanas. Los centros ceremoniales se multiplicaron y las artes y las técnicas alcanzaron un esplendor impresionante. Es la época en que florecen, entre otras, la civilización maya, la zapoteca y la de los pobladores de Teotihuacan.

En esta época, la organización de la sociedad se volvió más complicada. Al lado de los guerreros-sacerdotes surgieron los funcionarios encargados de impartir justicia y de recaudar tributos, comerciantes que viajaban largas distancias y artesanos de gran especialización. La religión ocupaba el lugar central de la vida y en torno a ella giraban las demás actividades.

Los asombrosos centros ceremoniales de esta época, sus templos y pirámides, tumbas y palacios, nos dan una idea de lo importante que era la religión en las sociedades clásicas.

La construcción de esos centros ceremoniales tenía como finalidad obtener el favor de las deidades, que según las creencias de aquellos pueblos, gobernaban la vida de los hombres y los ciclos de la naturaleza. En ese periodo hubo, además, notables avances en ciencias como las matemáticas y la astronomía, se crearon complicados sistemas de escritura y prosperó la herbolaria, que estudia las propiedades benéficas o dañinas de las plantas. Las técnicas para trabajar la piedra y el barro alcanzaron su punto más alto; las paredes de los centros ceremoniales se cubrieron de pinturas y relieves. Cada pueblo desarrolló un particular estilo artístico, aunque los pueblos de Mesoamérica compartían formas de arte parecidas.

La más antigua e influyente de las civilizaciones clásicas fue la de Teotihuacan.

Fuente: SEP, Historia Quinto grado, México, 2009, págs. 96 - 97.

El periodo Postclásico

El periodo Postclásico o histórico se inicia hacia el año 800 y termina en 1521, cuando los españoles tomaron la capital del imperio azteca.
El fenómeno que caracteriza al Postclásico es la invasión de Mesoamérica por pueblos seminómadas que provenían del norte, de la vasta extensión de Aridoamérica. Estos pueblos se asentaron en Mesoamérica, se mezclaron con los antiguos pobladores y asimilaron muchos elementos de las culturas Clásicas. Con el tiempo crearían una nueva civilización, comparable a las más avanzadas del continente americano.

aztecaEn esta época se desarrollaron las técnicas para fundir y trabajar metales como oro, plata y cobre. Estas técnicas se inventaron en la región andina y probablemente llegaron a Mesoamérica a través de comerciantes que navegaban por las costas del Océano Pacífico. Aunque los pueblos del Postclásico fueron artesanos maravillosos, no utilizaron los metales con fines prácticos, sino únicamente en la fabricación de joyas y adornos. Los toltecas fueron una importante civilización de esta época.

Fuente: SEP, Historia Quinto grado, México, 2009, pág. 110.

Descubrimiento de América

Antecedentes


En 711 los árabes, que no eran cristianos sino musulmanes, invadieron casi toda la península ibérica, donde ahora están España y Portugal. Solamente en el norte se mantuvieron libres algunos reinos cristianos, que empezaron a pelear contra los que llamaron moros. A esa larga lucha, que duró casi ocho siglos, se le llama la Reconquista.

En los reinos de la península ibérica vivían, además, muchos cristianos, musulmanes y judíos, quienes convivieron allí y enriquecieron mutuamente sus culturas. A través de esos árabes llegaron a Europa el papel, el concepto del cero, muchos escritos de los filósofos griegos, y prosperaron estudios como la alquimia y la astronomía.

Los árabes se adueñaron del sur del mediterráneo, y para los cristianos comenzó a ser difícil llegar a India o a China, pues para hacerlo tenían que atravesar tierras musulmanas. Pero en Oriente había productos muy apreciados, y los europeos se esforzaron por hallar nuevas rutas para controlar su comercio.

En busca de nuevas rutas

De 1096 a 1292, en Europa se organizaron ocho expediciones contra los musulmanes, llamadas las Cruzadas. Las inspiró el deseo de que Tierra Santa, lugar donde vivió Cristo, estuviera en poder de los cristianos. Pero estas luchas tenían también motivos económicos.
Seres fantásticos rodean la nave de Cristóbal Colón Théodore de Bry (1528-1599). Théodore de Bry (1528-1599). Los españoles tenían en la Reconquista su propia cruzada. Isabel, reina de Castilla, se casó con Fernando, rey de Aragón (los Reyes Católicos), y sus reinos unidos fueron los más poderosos de la península. Para entonces ya existía el reino de Portugal. Cuando comenzaron a gobernar los Reyes Católicos, los musulmanes habían perdido mucho terreno.

Las guerras contra los musulmanes y el deseo de encontrar nuevas rutas hacia el Oriente más rápidas y seguras animaron las exploraciones marítimas europeas.


Entre los mejores navegantes figuraban los italianos y portugueses. A partir del siglo XV, éstos últimos comenzaron a navegar por las costas de África en busca de esclavos, negros y productos valiosos, como el marfil. El navegante portugués Bartolomé Días llegó al extremo sur de África y lo llamó Cabo de Buena Esperanza. Al regresar, en 1493, supo que Colón había llegado a la India cruzando el Atlántico, pero en realidad había llegado a América, que en aquel entonces nadie sabía que ése era un nuevo continente.

Fuente: SEP, Historia Cuarto grado, México, 2009, págs. 46 y 47.

La conquista de México

La historia de la conquista del actual territorio mexicano comenzó realmente en 1517, cuando el navegante Francisco Hernández de Córdoba exploró la costa de la península de Yucatán. Aunque los mayas pasaban por una etapa de decadencia, sus ciudades y su organización impresionaron vivamente al explorador. Gravemente herido en un combate con los indígenas, éste regresó a Cuba con las noticias de lo que había visto.

El gobernador de Cuba, Diego Velázquez, pensó que podía beneficiarse con el descubrimiento hecho en Yucatán. Organizó una nueva expedición, bajo el mando de Juan de Grijalva y éste no sólo confirmó la información de Hernández de Córdoba, sino que cuando exploraba el actual territorio de Veracruz se enteró de que existía un rico imperio que dominaba la región y que era temido y odiado por otros pueblos indígenas.

El gobernador Velázquez decidió enviar una flota más grande y bien armada. Reunió 11 naves y casi 700 hombres y dio el mando de la expedición a Hernán Cortés, quien había sido su socio en varios negocios: le ordenó explorar las costas y comerciar con sus habitantes. Cortés, sin embargo, tenía otras intenciones. Al desembarcar en tierras de Veracruz y entrar en contacto con sus habitantes, Cortés y sus hombres se dieron cuenta de que efectivamente la riqueza del imperio era grande y de que los pueblos sometidos resentían la dominación azteca. Cortés decidió avanzar hacia el interior. Conforme a la ley española, formó el ayuntamiento de la Villa Rica de la Vera Cruz e hizo que sus autoridades lo nombraran jefe de la expedición. De esa forma, sólo debería obediencia al Rey de España y no estaría sometido a la autoridad del gobernador Velázquez.

En su marcha hacia Tenochtitlan, Cortés siguió una táctica astuta: atemorizaba a los indígenas con su fuerza militar y su crueldad, y al mismo tiempo los invitaba a que fuesen sus aliados. Así fue como los tlaxcaltecas, enemigos irreconciliables de los mexicas, decidieron apoyar a Cortés, cuando al principio habían luchado en su contra.
  Moctezuma II, según la imaginación de un pintor europeo. Al llegar al Valle de México, los españoles fueron bien recibidos por el tlatoani Moctezuma, quien los alojó en el palacio de Axayácatl, cercano al recinto sagrado. Moctezuma era un guerrero experimentado, pero ahora estaba dominado por la indecisión y el temor. Hombre supersticioso, pensaba que tal vez los extraños visitantes eran dioses, como lo anunciaba una antigua profecía. Decidió obedecer a Cortés y entregarle valiosos tributos, con la esperanza de que los españoles regresaran por donde habían venido.

La presencia de los extranjeros ofendía al pueblo de Tenochtitlan, pero era tanto el respeto que sentían por la figura del tlatoani, que nadie se atrevía a contradecirlo. Esa calma terminó de manera violenta.

Cortés salió de Tenochtitlan obligado a marchar con parte de su ejército hacia la costa del Golfo, para combatir a las tropas que el gobernador de Cuba había enviado para arrestarlo. Cortés dejó una guarnición en Tenochtitlan al mando de Pedro de Alvarado, gente de toda su confianza.

Alvarado era un soldado impulsivo y cruel. Temía un ataque de los aztecas y aprovechó que en una gran ceremonia religiosa estaba reunida la nobleza azteca, sus jefes militares y sus sacerdotes. Estaban desarmados y danzaban cuando Alvarado lanzó contra ellos a sus tropas y a las de sus aliados. La matanza fue terrible. Cientos de mexicas murieron ese día. Eran los dirigentes que se habían educado en el calmécac, los veteranos de guerra, los intérpretes de códices.

La matanza provocó una enorme indignación. Los aztecas se lanzaron contra el palacio de Axayácatl, donde los españoles se atrincheraron, llevando con ellos a Moctezuma y a otros jefes aztecas. El palacio quedó cercado, casi sin agua, ni alimentos.
Fuente: SEP, Historia Quinto grado, México, 2009, pág. 148.




miércoles, 18 de mayo de 2011

USO DEL BLOG

hacer mi blog no me costo trabajo, nada mas puse mi correo y mis datos y un poco de credito de mi maestra que fue buena onda de su parte abermeecho el favor.